Un homenaje a la vida y las obras de dos grandes compositores.

El Concierto para piano nº 2 refleja el espíritu emotivo, melancólico y apasionado de quien está considerado el último compositor romántico, heredero de Liszt y Tchaikovsky. El empleo de las campanas y la inspiración en los cantos ortodoxos del este, recuerda el origen ruso de Rachmaninov.

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La Sinfonía nº 9, también llamada Sinfonía del Nuevo Mundo, la compuso Dvořák durante su estancia en Estados Unidos, por lo que están presentes influencias de los espirituales negros y de los indios norteamericanos, aunque también se refleja la música popular de su país, Checoslovaquia, que estuvo siempre en la raíz de todas sus composiciones.